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secoTHERM® Impermeabilizante Muros
Proteja las paredes con secoTHERM® y mejore su aislamiento térmico. Un tratamiento con secoTHERM® reduce considerablemente la conductividad térmica, lo que resulta en una reducción de su consumo energético.
secoTHERM® ha sido desarrollado para la protección definitiva contra condiciones meteorológicas adversas para muros y paredes de mampostería y ladrillo.
La degradación por el agua y los rayos ultravioletas constituyen los dos agentes más dañinos para las superficies de albañilería. secoTHERM® resiste a los rayos ultravioletas y crea una barrera invisible contra.
Cuando la lluvia penetra en los materiales de construcción porosos, como la piedra natural, el ladrillo, etc., éstos pierden sus propiedades aislantes. La humedad llena las cavidades de aire y hace puente de unión y – lo que en seco ofrece una baja conductividad térmica – pierde sus propiedades. Prevenir la filtración por los ladrillos exteriores puede reducir el consumo energético.
La penetración de agua se reduce drásticamente con secoTHERM® . En un ladrillo poroso la absorción se reduce hasta en un 95 % y con ello se aumenta el efecto aislante.
secoTHERM® penetra en profundidad en el sustrato y ofrece una protección que dura hasta 20 años. secoTHERM™ funciona en todo tipo de material poroso como el hormigón, morteros, ladrillo, areniscas y dispone del certificado ISO 15148:2002, garantizando su eficacia y efectos térmicos.
secoTHERM® genera una superficie auto-limpiante y protege del polvo, de agentes contaminantes y de radiaciones ultravioletas. El tratamiento de impermeabilización elimina problemas con el crecimiento de microorganismos. secoTHERM® impide el deterioro de las superficies y protege contra desperfectos causados por heladas y problemas graves de humedad.
secoTHERM® se adhiere al sustrato y penetra hasta 17 mm en la superficie. Se trata de una impermeabilización extremadamente resistente a condiciones climáticas adversas y a los rayos ultravioletas.
La superficie protegida es repelente al agua. Los microorganismos y la suciedad tienen difícil adherencia en la superficie. El edificio tratado sigue transpirando y a la vez es impermeable.
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Las paredes húmedas son puentes teŕmicos: Cuando se acumula humedad en los poros y cavidades del muro, éste pierde sus buenas propiedades aislantes.
Estudios demuestran que un 5 % de humedad en una tradicional pared de ladrillo reduce el efecto aislante hasta en un 50 %. Especialmente donde existe aislamiento por cavidades, cuando se moja, pierde sus propiedades térmicas. Muchos propietarios de vivienda desconocen este factor.
Varios análisis realizados demuestran que secoTHERM® reduce notablemente el consumo energético.
La mayoría de las paredes mojadas y tienen su origen en la humedad de remonte capilar. Se trata de un problema que, si no se ataja a tiempo, genera daños cada vez más graves en la estructura del edificio afectando negativamente al bienestar doméstico, contribuyendo a la formación de manchas y eflorescencias salinas y disparando el gasto energético exponencialmente. Hay varias vías para la deshumidificación y una de ellas consiste en integrar capas protectoras para hacer barrera, ya sea vertical u horizontalmente. La barrera vertical impide la infiltración por los laterales, mientras que la barrera horizontal tiene por objeto frenar su avance. De este modo, sólo una combinación de ambas barreras resulta efectiva para mantener bien secas las superficies.
Al margen, está también la opción de impermeabilizar una pared para volverla hidrófoba. En este caso, el proceso no se limita a integrar una capa protectora impermeable en el muro exterior (p.ej. con morteros), sino que el proceso que llamamos «hidrofobización» consiste en impermeabilizar la estructura del edificio al completo, ya que el agente hidrófobo se introduce por agujeros de perforación hacia el interior de la mampostería. Seguidamente, éste se propaga, se endurece e impide que el agua ascienda. Los agentes hidrofobizantes empleados en impermeabilizaciones son siloxanos disueltos en disolventes orgánicos o resinas de silicona líquidas, o bien en crema, los cuales revisten los poros de los materiales de construcción de tal manera que su capacidad de absorción disminuya notablemente.
La impermeabilización como método de hidrofobización se puede aplicar de diversas formas. Se ofrecen procesos por inyección, en los que puede ser necesaria o no la aplicación de presión o calor. En el proceso de impermeabilizar superficies con secoTHERM®, se aplica un gel de silicona y siloxano en la superficie con un rodillo tradicional. Al tratarse de una forma de hidrofobización por la cual no se altera la fachada exterior, se puede considerar, contrariamente a los morteros, como un tratamiento de impermeabilización y aislamiento invisible. Este método de impermeabilización es ampliamente satisfactorio gracias a su excelente relación calidad-precio y aporta en conjunto una protección eficaz para edificios y fachadas.
Como hidrofobización entendemos la impermeabilización hermética y repelente al agua de los capilares de poro fino que hay en la mampostería, en el mortero y en el enlucido de cemento. Estos capilares pueden absorber y transportar la humedad y son los principales causantes de que haya paredes mojadas. Con una hidrofobización se evita que pueda penetrar la lluvia, así como la formación de antiestéticas eflorescencias salinas en las paredes.
Lo agentes hidrofobizantes más empleados son resinas de silicona o siloxano; son materiales pastosos o solubles en disolventes orgánicos excelentes para la hidrofobización, porque logran impermeabilizar los poros de los materiales de construcción de tal forma que su capacidad de absorción disminuye drásticamente. La propia hidrofobización puede tener lugar de diferentes maneras. Los procesos por inyección son una opción, dentro de los cuales se puede escoger entre los que se aplican con o sin aumento de temperatura y con o sin ejecución de presión. El procedimiento sin presión ni calor se lleva a cabo con una prensa de mano, con la que se inyecta por agujeros perforados previamente. En el interior de piedra, la pasta se endurece formando una resina repelente. Para que resulte eficaz es importante trabajar sobre superficies limpias y lisas en las piedras de construcción y en las ranuras del mortero.
Se distingue entre una hidrofobización en profundidad y una hidrofobización superficial. En una hidrofobización en profundidad el agente hidrofobizante penetra en profundidad en los materiales de construcción, proporcionando una sólida acción protectora, pero sin alterar de forma visible la superficie de los materiales de construcción y sin dar lugar al efecto goteo. La hidrofobización superficial tiene como producto una superficie limpia. Por eso, no se debe tomar cualquier hidrofobización como una solución universal para todo, sino que antes de su ejecución se debe efectuar un análisis detallado del caso concreto, también porque se trata de un proceso que no es reversible.
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Las paredes mojadas de hormigón o ladrillo no son precisamente un problema desconocido en los edificios antiguos. A menudo, no sólo están afectadas las paredes del sótano, sino que también lo están las del bajo.
Mucha gente no es muy consciente de las terribles consecuencias que pueden acarrear y no se plantea impermeabilizar los mismos hasta que la calidad de vida decae de forma importante, los gastos en calefacción se disparan hasta el infinito y aparecen alergias y, sobre todo, enfermedades como el reuma y el asma, que afectan peligrosamente a la salud de los moradores.
Evidentemente, la mampostería también sufre daños por la humedad. Aparecen las antiestéticas eflorescencias salinas, el enlucido se desmorona y se descascarilla. Si estos signos inequívocos no se reconocen y combaten en su momento, pueden seguir expandiéndose, llegando en los peores casos a la formación de la llamada Serpula. Las obras de saneamiento para erradicar la Serpula son mucho más amplias y, por consecuencia, más caras. Para que la mampostería mojada vuelva a estar seca, en primer lugar, hay que ahondar en el origen. Las causas más comunes son la humedad por capilaridad (desde los cimientos), por condensación (cuando la humedad ambiental es muy alta de forma continuada), la higroscópica (por las altas concentraciones salinas), la infiltración de agua y las roturas en cañerías.
La humedad por capilaridad es, por experiencia, el origen más frecuente de que haya mampostería u hormigón húmedo o mojado. Ésta asciende cuando falta la barrera horizontal protectora (o bien la barrera vertical) o cuando se ha vuelto permeable. En estos casos, la mampostería o el hormigón están en contacto directo con la tierra de debajo. El agua va subiendo al ser progresivamente absorbida por los poros y capilares que tienen los materiales de construcción… y el resultado inevitable. Una vez determinado el origen, se puede proceder a la deshumidificación por parte de personal técnico especializado.
La fachada es como la tarjeta de visita de una casa. Es la primera impresión visual antes de entrar en la casa. Al margen de su cometido representativo, la fachada protege la estructura del edificio en su totalidad para que no puedan dañar el edificio ni el calor, ni el frío, ni las tormentas, ni precipitaciones como la lluvia, el granizo o la nieve. Para que esto se cumpla, es imprescindible un sistema de impermeabilización de fachada adecuado y con todas las medidas protectoras necesarias.
Para proteger la fachada de manera eficaz se realiza, según las posibilidades constructivas, una obra de protección de fachadas, se aplica un recubrimiento de fachadas desde fuera, un aislamiento de fachadas desde dentro y/o una impermeabilización. En una reforma para la protección de la fachada se puede instalar un techado adicional, que proteja, sobre todo, fachadas con frontón, de modo que la lluvia y demás precipitaciones no alcancen la fachada de lleno, sino que una mayor superficie en el tejado atenúe el impacto. De forma adicional (o cuando no pueda arreglarse con una obra) se pueden aplicar en el exterior otras soluciones para fachadas, que también aportan una protección impiden el crecimiento de algas y hongos.
Cuando no se quiera o no de pueda modificar el aspecto de la fachada, hay una posibilidad de garantizar la protección de la fachada que da muy buenos resultados: realizar una impermeabilización de la misma. Se trata de hacer que surta efecto el principio hidrófobo. Esto implica ni más ni menos que introducir a través de un proceso por inyección una sustancia que tiene la propiedad de repeler el agua o, lo que es lo mismo, un agente hidrófobo. Se inyecta por agujeros perforados previamente (ya sea aplicando presión, o no) y se produce una reacción cuando entra en contacto con la mampostería o el hormigón, alterándose su estado de agregación. La sustancia en estado líquido se expande por todo el interior de la mampostería o del hormigón, antes de endurecerse y pasar a impedir que la humedad se siga propagando.
Para cualquier pregunta sobre soluciones contra humedades estamos a su entera disposición.
De todo el edificio, la fachada es siempre el primer blanco de todas las miradas y provoca una primera impresión que no carece de importancia. Conformando la capa exterior de la casa, no es de extrañar que reciba el mayor azote de las inclemencias del clima. Sin una protección de fachadas adecuada, puede haber repercusiones cada vez más graves, no sólo en la propia fachada, sino en todo el conjunto de la mampostería. Una fachada sin protección es permeable al agua y conduce la humedad hacia la mampostería. Lo siguiente que genera ésta son daños en la estructura del edificio, un gasto de calefacción excesivo y un ambiente notablemente más cargado en el interior de las viviendas. Estéticamente, las humedades permiten que la suciedad se adhiera mejor en la fachada exterior, dando como resultado una fachada llena de manchas y de aspecto desagradable.
Lo ideal es solucionarlo antes de llegar a ese extremo. Por eso hay que consultar con un experto desde el primer momento: para que analice el estado de la fachada y proponga medidas eficaces para la restauración y deshumidificación de la fachada. Una de las medidas de protección más aplicadas consiste en el sellado de la fachada. Una fachada que está bien sellada deja escurrir el agua en lugar de absorberla, impidiendo que pueda penetrar hasta la mampostería. Con un sellado de fachadas eficaz tenemos además otras dos ventajas: la suciedad se limpia con la lluvia y el enlucido duran más tiempo.
El sistema más moderno para el sellado de fachadas ha quedado plasmado con el desarrollo de la nanotecnología, que proporciona una protección persistente y duradera. Dos productos de esta tecnología punta ofrecen la mejor solución para la protección de fachadas: la llamada silanización asegura una modificación duradera de las propiedades minerales de la superficie, mientras que con el sellado de fachadas con nanotecnología de plata se aplican soluciones antimicrobiana, que protege de la formación de hongos, musgos y microorganismos.
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